Obama despide a otra ronda en la guerra contra el negocio

Presidente Obama entró en la barandilla de la oficina contra los banqueros "gato gordo" y "propietarios de jets corporativos." Él va a cabo de la misma manera.

La retórica del presidente puede haber ablandado durante dos períodos en el cargo, pero su consideración por las grandes empresas no ha mejorado. última intervención de Obama en la economía es una nueva orden ejecutiva dirigir las agencias federales para "detectar abusos tales como fijación de precios [y] el comportamiento contrario a la competencia." Una vez que se encuentran los tramposos, organismos como la Comisión Federal de Comercio y la Comisión Federal de Comunicaciones impondrán nuevas reglas la intención de reventar hasta oligopolios, precios más bajos y ahorrar a los consumidores unos cuantos dólares.

El primer objetivo: Set-top compañías de cajas de cable normalmente alquilan a los clientes, lo que dice la Casa Blanca le costó al consumidor típico $ 230 al año. Un mejor trato, Obama dice, sería un mercado abierto en el que cualquier proveedor podría vender cajas para los consumidores, que podrían reducir los precios y producir cajas con mejores características. "La caja de cable o satélite es sólo un ejemplo de un área donde - porque se ha ligado al proveedor, y lo alquila - no ha habido mucha innovación", dijo Obama de Yahoo Finanzas Nicole Sinclair en una entrevista exclusiva. "Y lo que la FCC está buscando ... a si tiene sentido para abrir esa a la competencia."

La mayoría de las empresas dicen que dan la bienvenida a la competencia, pero el hecho es, que la detestan. Eso no es un pinchazo en la moral de los empresarios; es simplemente más fácil de obtener algún beneficio con el menor número de competidores. Y las compañías de cable Obama parece ser una selección que ya están bajo la presión de los cord-cutters conseguir el entretenimiento a través de Internet y artilugios tales como Roku, Chromecast y Apple TV, que traen a la derecha en los programas de la televisión por cable sin pasar.

La industria del cable, claramente sorprendido por último movimiento de Obama, defendió que critica al presidente por "retórica inflamatoria" y por politizar un asunto que debe ser manejado por los reguladores independientes. No importa. Obama dice que su administración planea tomar más este tipo de acciones, a pesar de que no es decir que las industrias se dirige. Pero una nueva investigación de la Casa Blanca lanzado junto con la orden ejecutiva sugiere la línea aérea, industrias de alquiler de bienes raíces financiera y han sido sometidos a la clase de consolidación recientemente que podría generar un comportamiento contrario a la competencia, y justificar una nueva mirada de los reguladores.

Esta búsqueda de un comportamiento contrario a la competencia se produce menos de dos semanas después de que el Departamento del Tesoro de Obama anunció inesperadamente difíciles nuevas normas sobre las denominadas inversiones - fusiones que ayudan a reducir los impuestos estadounidenses pagados por una o las dos compañías - en los que murieron de manera efectiva una enorme, $ 160 billón acuerdo de fusión entre gigantes de la droga de Pfizer y Allergan. Obama parecía personalmente ofendido por inversiones cuando las describió de esta manera, el 5 de abril: "Es cuando las grandes corporaciones ... renuncian a su ciudadanía de manera efectiva. Ellos declaran que están basados ​​en otro lugar, consiguiendo de esta manera todas las recompensas de ser una compañía americana sin cumplir con las responsabilidades que pagar sus impuestos la forma en todo el mundo se supone que pagarlos ".

Con la excepción de su apoyo al libre comercio, Obama es de centro-izquierda en la mayoría de los problemas económicos, favoreciendo mayores impuestos a las lagunas fiscales ricos y menos para las empresas. Así que su fervor por más reglas y regulaciones para frenar el comportamiento de las empresas no es sorprendente. Lo que es sorprendente es el cambio más amplio en las actitudes públicas hacia las empresas, que se han convertido los hombres del saco culpa del estancamiento del nivel de vida de clase media.

Las campañas presidenciales de insurgentes republicano Donald Trump y el demócrata Bernie Sanders se construyen directamente sobre la ira que muchos estadounidenses sienten hacia las élites empresariales. Trump quiere dar al traste con los acuerdos de libre comercio y castigar a las empresas que envían empleos al extranjero. Sanders quiere romper los grandes bancos que ya sufren de disminución de los beneficios y los impuestos caminata por los propietarios de negocios ricos. éxito populista de Sanders incluso ha tirado a su rival Hillary Clinton contra el libre comercio también. Y ninguno de los candidatos se atreve a defender a la clase empresarial, como Mitt Romney hizo en 2012.

Obama puede sentirse alentado por la ira que ve que salte fuera de la carretera de circunvalación. Además de las nuevas órdenes ejecutivas, Obama ha presionado para que las nuevas normas ambientales más estrictas que limitan el uso del carbón, provocan graves dificultades para los productores de carbón y sus empleados. Otras industrias, como la eólica, solar y producción de gas natural, son los beneficiarios, sin embargo, Obama ha ofrecido poca simpatía hacia los desplazados en el cambio hacia una energía más verde.

No hay casi nada puede hacer Obama en sus restantes nueve meses sin nuevas leyes del Congreso, que no están llegando. La pregunta para la América corporativa es si el sentimiento anti-negocio animación de la elección presidencial será intensificar o disminuir una vez que Obama se ha ido y el próximo presidente asuma el cargo. El peor escenario para las grandes empresas y Wall Street sería una barrida demócrata que pone a Hillary Clinton en la Casa Blanca y voltea las dos cámaras del Congreso en la columna D, dejando a las empresas expuestas a la parte más activa. Eso es poco probable, pero también lo es la popularidad de Trump y Sanders han ganado con los votantes de disgusto. Incluso Obama puede ser sorprendido por las legiones anti-corporativos que se alinean detrás de él.